13 de septiembre de 2010

... El día del perdón

El día del perdón...


El décimo día de este séptimo mes es el día de la expiación. Será un día de santa convocación para vosotros y afligiréis vuestro ser... y no haréis ningún tipo de trabajo en ese mismo día, porque es un día de expiación para vosotros ante el Señor Vuestro D*s... Será para vosotros un Shabat de solemne descanso y afligiréis vuestro ser; en el día noveno del mes por la tarde, de tarde a tarde, guardaréis vuestro Shabat". (Lev. 23: 27-32).
 
Sábado de Sábados. Es así como se ha designado a este día. Ni alimento ni bebida, ni relaciones sexuales, ni zapatos de cuero. Son algunas de las privaciones. No hay tareas excepto el arrepentimiento y la oración. La jornada transcurre fuera del mundo, en la casa de oración, en el reino de la plegaria.

La víspera

El día precedente está dedicado a los preparativos. Avanzada ya la tarde se sirve una colación festiva que es considerada tanto un deber como el mismo ayuno que la sigue. Se encienden las velas. Los padres bendicen a sus hijos. Algunos hombres acostumbran a vestir los blancos ropajes de la eternidad.

El servicio religioso se inicia con la oración Kal Nidre famosa por su musicalidad y por su texto que declara nulos los votos y las promesas en actos de contricción.

Siguen otras oraciones, entre las que figuran las confesiones que constituyen el tema principal del oficio.



El servicio termina, pero los devotos más piadosos se quedarán para recitar el libro de Salmos.

El día

El día íntegro de Yom Kipur permanecen los judíos en la sinagoga, entregados a sus oraciones. En todas ellas prevalecen la confesión y el arrepentimiento. Muchas de las plegarias son cánticos de alabanza, y otras recuerdan las mil vicisitudes de la grey judía durante su azarosa vida.

Dos veces se extraen del arca los rollos de la Torá, y se procede a la lectura de los capítulos destinados a este día. Entre las oraciones encontramos la Avodá, relación poética recordatoria de las antiguas ceremonias practicadas en el Templo de Jerusalén. En aquellos días, ésta era la única oportunidad del año en que el gran sacerdote penetraba en el santuario, y en que pronunciaba luego, durante las plegarias, el nombre de D*s, arrodillándose entonces la comunidad, presa de gran reverencia.

En la tarde se recita la historia de Jonás, aquel profeta que trató de huir de la misión que le fuera divina mente encomendada y de la cual jamás pudo escapar.

Cuando las sombras se extienden comienza la oración final pronunciada el Día del Perdón. Es un último ruego de misericordia, una expresión renovada de arrepentimiento. 
 
Las estrellas han aparecido en el cielo, las llamas tiemblan en las velas cuando se abre el arca. La congregación está en pie sumida en reverente silencio. 
 
Este es el momento de la afirmación, de la visión del Reino de D*s. Lentamente, palabra por palabra, la gente recita al unísono:
Shemá Israel... Oye, Oh Israel, H* nuestro D*s, H* es Único. Baruj Shem... Bendito sea Tu glorioso Reino por siempre jamás. 

 
Por siete veces se repite la profesión de fe: "H* ,el Eterno, es nuestro D*s". Cerrándose el oficio con la voz del shofar que en un toque especial recuerda el jubileo.
Entonces harás pasar la trompeta de jubileo en el mes séptimo a los diez del mes; el día de la expiación haréis pasar la trompeta por toda vuestra tierra. (Lev. 25: 9).
En ese año de reparación no debía quedar en todo el país ni un solo siervo, ni un solo propietario desposeído de su parcela. Y en esa evocación de justicia pretérita halla el judío un modelo sobre el cual inspirar su vida en el año que comienza.  


Despedida de Yom Kipur

Siendo, como es Sábado de los Sábados, Yom Kipur se despide también con una Havdalá, ceremonia con que se da fin a la celebración del sábado, tanto en la sinagoga como en el hogar.

Reunida la familia, a su regreso del templo, siéntanse a la mesa y dan comienzo a la comida, que adquiere un carácter festivo, luego de la cual comienzan los preparativos de la construcción de la Sucá.

Rab. Yerahmiel Barylka


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