31 de mayo de 2009

DULCE PRIMAVERA

EL ULTIMO DIA DE JOL HAMOED

Rabino Yerahmiel Barylka

Esta noche, recordaremos el Cántico del Mar que entonara Miriam con algunas amigas y tras ellas todos los trashumantes que salían de la esclavitud, pero, no se dicen laúdes. No hay alegría por la caída de los enemigos. Y mañana nos despediremos de este Pesaj aquí, que como me dijo un buen amigo porteño, él aún en Israel continuará un día más, como que nuestras fiestas se separan y sus alegrías y las de quienes vivimos en Israel ya no coinciden exactamente. Tampoco Pesaj. El seguirá cuidándose del jametz cuando nosotros estaremos comiéndolo después de volver a comprarlo de manos de un vecino de Abu Gosh. Como que para algunos hace falta cuidarse del jametz un poco más.

Y así terminan los días de Jol Hamoed en los que pudimos dar la bienvenida a la dulce primavera, llena de cálido aliento inundando todo de luz y vida

de ilusión y de contento. Días en los que pudimos salir de casa y recorrer un poco el país, ver los campos verdes, pese al calor que parecía infernal, huertas   despertando de su sueño, pese a que no cayeron lluvias en cantidad suficiente, y ver los árboles que se pueblan de hojas que el invierno les arrebató y ahora tienen un nuevo follaje.

Pudimos pasear un poco con Tzuriel y llevarlo a ver cavernas donde el sol no llega y la temperatura baja, e ir con él a las orillas del mar y tocar el agua fresca dejando que la brisa nos recorra.

En casa, que dejaremos en menos de un mes sin tristeza, el almendro se vistió de gala y se cubrió de flores y ya tiene frutos tempraneros igual que el olivo y el cerezo y el ciruelo colorado. Y, nos preparamos para días de duelo y de alegrías. Iom Haatzmaut casi se oye, aunque la hatzmaut no está en nuestros corazones como debería ser, como que se comparte con otros que nos dicen que hacer y que no hacer, que decir y cuando, que entregar. Pero, no son capaces de permitir que recibamos…

Por ello, Pesaj, al estar por irse, también de nosotros pide que no le abandonemos en la memoria por tanto tiempo. El Éxodo se recuerda así en muchas cosas y muchos detalles. Mientras tanto, seguimos contando el Omer, cuenta necesaria que permite tomar conciencia de los días y de las semanas.

Sé que no es fácil, (mañana los ashkenazim decimos también izkor), pero en las horas que quedan del jag, intentemos hacerlo jag sameaj, de nosotros depende pese a las dificultades cotidianas.

Rab. Yerahmiel Barylka

No hay comentarios.: